CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS

CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS

 

Control integrado de plagas en sistemas de cultivo interior de cannabis.

Para afrontar con suficientes dosis de éxito la lucha biológica contra los ácaros e insectos plaga que pueden dar al traste con una cosecha en cualquier momento, es conveniente tener claras algunas cuestiones básicas.

Hemos de asumir, que nuestras plantas pueden hospedar en cualquier momento poblaciones plaga, y por ello, debemos proceder con los medios adecuados de inspección a revisar minuciosamente las hojas de nuestras plantas en busca de señales que puedan delatar su presencia. Las posibilidades de éxito en la eliminación de una plaga, son inversamente proporcionales a los días que esta ha estado colonizando nuestras plantas sin que fuéramos conscientes de su presencia. Cada día que transcurra sin que hayamos detectado la presencia de alguno de los agresores en nuestro cultivo, estos habrán realizado puestas de cientos de huevos que en pocos días, dependiendo de la especie, eclosionaran provocando una infestación.

Aún cuando, en el mejor de los casos, y con los tratamientos adecuados, consigamos erradicarla, habrán ocasionado ya, con toda probabilidad, algunos daños y enfermedades en nuestras plantas y perjudicado la cosecha.

Debemos identificar correctamente al agresor lo antes posible, para poder aplicar el OCB que sea su depredador natural. De nada serviría que la infestación fuera de trips, y aplicáramos dosis de Amblyseius califórnicus. Para cuando comprobásemos que nos hemos equivocado, la infestación podría ser ya generalizada. Dado que los ácaros e insectos causantes de la plaga son casi microscópicos, difícilmente podremos identificarlos a simple vista, no así sus daños en las hojas, que les delatan, pero cuya observación puede resultar tardía teniendo en cuenta que algunos completan su ciclo vital en tan solo siete días.

En general, las condiciones climáticas en nuestro invernadero (temperatura, humedad relativa, horas de luz, etc) pueden favorecer el desarrollo de la plaga o convertirse en el principal aliado de los OCB utilizados para combatirla.

Siempre resulta caro ahorrar en prevención. Para evitar la colonización de nuestras plantas por agentes patógenos, existen OCB que pueden ser introducidos de forma preventiva, puesto que no se atacan entre ellos y combaten distintos tipos de plaga. Esta es la mejor manera de asegurarse el éxito en la lucha contra las plagas, de lo contrario, tendremos que gastar mucho más en eliminarlas.

Si en la inspección visual detectamos una hoja muy infestada, deberemos proceder a su limpieza con abundante agua y un ligero barrido con un pincel o brocha. Si la hoja está muy dañada, podar y retirar de inmediato del cultivo y del invernadero. Con ello, estaremos probablemente eliminando miles de agentes dañinos. Posteriormente, haremos sueltas de OCB en los focos incipientes de plaga para que procedan a su depredación o parasitación. Las dosis de OCB empleadas deben ser siempre adecuadas al tamaño del invernadero, y al grado de infestación, evitando sueltas masivas indiscriminadas y no proporcionadas (si 100 son suficientes para que poner 2000).

Por último, deberemos tener en cuenta que los OCB son organismos vivos, y por ello su eficacia dependerá de su estado de conservación en el momento de la aplicación. Se debe reducir al mínimo posible (no más de 48 horas) el tiempo desde el envasado hasta la aplicación. También sería recomendable que los OCB estuviesen adaptados al medio en su crianza, es decir que se hayan alimentado de la plaga a combatir y que esta se haya desarrollado a su vez en una planta huésped de cannabis. Esta técnica de producción de OCB denominada “in vivo”, difiere fundamentalmente en la dieta de alimentación, que en el sistema “in vitro” es artificial.

Hace años, que en la agricultura intensiva profesional se viene reduciendo el uso de insecticidas y pesticidas por sus elevados niveles de toxicidad. En los cultivos de Cannabis se siguen utilizando de forma generalizada, con pleno desconocimiento de sus efectos para la salud, ya que no se han realizado ensayos similares a los aplicados en verduras y hortalizas sobre la persistencia de esos productos en la planta y sus posibles efectos para el consumidor. Esto, supone correr un alto riesgo, dado que partes de las plantas de cannabis se consumirán directamente y con ello los restos que de dichos productos tóxicos puedan contener. El uso de OCB en auto cultivos de marihuana, ha demostrado, que estos son sin duda el mejor medio de defensa fitosanitaria y suponen la mayor garantía para el consumo y disfrute de una buena cosecha sin pérdida de aromas, sabores, siendo totalmente inocua. Los sistemas de cultivo interior han evolucionado muchísimo en los últimos años, haciéndose cada vez más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente reduciendo progresivamente el impacto que genera su actividad. Existen diversos tipos de invernaderos y sistemas de cultivo que consiguen optimizar agua y fertilizantes a un consumo mínimo. Múltiples sistemas de iluminación que permiten reducir más del 50% el consumo de energía eléctrica tanto en iluminación como en ventilación. Diversos sistemas para la ventilación y el tratamiento del aire que junto con la reducción de vatios en iluminación reducen también sustancialmente la temperatura interior. Humidificadores que mantienen la adecuada humedad relativa. Generadores de CO2 que favorecen la fotosíntesis de las plantas y la asimilación de los nutrientes. Todo esto hace posible hoy, poder aplicar con éxito Organismos de Control Biológico para luchar contra las plagas, al poder controlar correctamente la temperatura y humedad relativa. El futuro pasará, muy probablemente, por cultivos hidropónicos y fertilizantes biológicos y ecológicos, que unido a las técnicas indicadas anteriormente permitirán que los alimentos, y nuestras niñas, continúen mejorando en calidad y cantidad.

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